viernes, 19 de junio de 2015

EL TEATRO DE JUAN GARCÍA LARRONDO POR F. MORALES LOMAS





AGOSTO EN BUENOS AIRES
DE JUAN GARCÍA LARRONDO
F. MORALES LOMAS

Agosto en Buenos Aires de Juan García Larrondo obtuvo el IX Premio El Espectáculo Teatral (Ediciones Irreverentes, Madrid, 2015). García Larrondo define esta obra como “melodrama gaditango y cósmico”, y acaso divertimento que bromea con cosas serias sobre temas tan de actualidad como la homosexualidad, la aventura enloquecida de los políticos y la decadencia de las divas o divos y sus espectáculos televisivos.
Una opereta bufa que aspira también a mostrar las claves de la aventura amorosa en sus diversas dimensiones y los juegos de pasiones y mentiras o medias verdades que se encierran cuando se palpa esa esfera de la sentimentalidad. Existen el humor negro y la circunstancia mágica como elementos con los que discernir una aventura en la realidad que acaba siendo una incursión en un mundo sorprendente y desestabilizado, porque a medida que avanza la acción esos personajes reales, de carne y hueso, acaban derivando en paradigmas de una fábula a lo tartufo con la licencia imaginaria de fantasmas que son vistos solo por una persona, como emblema o reproducción de que la memoria, lo realizado, siempre se guarda en el magín como un acto de consciencia que puede pervertir toda una vida. Siempre se convive con el pasado y pocas veces se es ajeno a su influjo.
La obra está desarrollada en tres actos con un añadido final a modo de coda, una escena última que es como una especie de anuncio de inicio para provocar la sonrisa final del espectador y una presunta circularidad. Está ambientada en Cádiz en un tórrido mes de agosto de finales de los noventa del silo pasado, y plantea la historia de una pareja de homosexuales que tienen previsto hacer un viaje a Buenos Aires (de ahí el título). Con este motivo alquilan su piso a una mujer y su hija que son precisamente argentinas y están en España de paso. Sin embargo, el viaje de los españoles se impide y acaban conviviendo los cuatro en el mismo piso. A partir de ese instante, el único objetivo de la madre, HIPERBÓREA MALLÉ, es conseguir que su hija conquiste amorosamente a JACINTO, que vive enamorado de su pareja ZAKARÍAS. Los filtros amorosos elaborados a partir del flujo vaginal mezclado con el mate harán milagros y JACINTO, como en éxtasis, acabará abandonando a ZAKARÍAS cayendo en brazos de AURORA BOREAL MALLÉ, con lo que el melodrama está servido.
Poco a poco se irá aclarando el misterio en torno a esta pareja de mujeres: “Te conozco (dice AURORA BOREAL MALLÉ a su madre) y sé que no habríamos huido del país si no hubiese algo más que vos sabés”. La más dominante y agresiva es HIPERBÓREA, una diva de ópera venida a menos, forjada en los ámbitos de la corrupción, la manipulación y el despropósito, cuyo objetivo ha sido seducir a políticos incautos. Su salida de Argentina se debe a un affaire con uno de ellos, de lo que se ha derivado el embarazo de su hija AURORA BOREAL MALLÉ y, una vez en Cádiz, tiene un nuevo en el magín: “Cazaremos a un hombre como sea y cuando volvamos a Argentina, sobornaremos a la prensa, nos forraremos haciendo un tour televisivo y lo desmentiremos todo con exclusivas…”

JUAN GARCÍA LARRONDO, DRAMATURGO

HIPERBÓBREA es realmente el alma dramática de la obra, en torno a ella, sus conflictos emocionales, su pasado, ese desdoblamiento entre al realidad y la ficción y sus demonios particulares (que aparecen en cualquier momento y al que ella coloca simbólicamente dentro del frigorífico) pivota gran parte del sentido último de la representación. Es un hallazgo incontestable de García Larrondo por su originalidad y fuerza dramática. A medida que avanza la obra mostrará esa baraúnda de personajes fantásticos, esos fantasmas que le echan en cara su pasado y su perverso modus operandi, advirtiendo así que no viene sola con su hija sino acompañada por una serie de prototipos de su pasado (escuchados y vistos solo por ella) que tratarán de vengarse cuando puedan, como así harán en una de las simpáticas escenas finales cuando HIPERBÓREA decide ir a nadar. El resultado final lo dejamos para el lector o el espectador en su caso.
Conceptos como la comida (la glotonería) y el sexo, tan primarios y necesarios se convierten también en instrumento para la reflexión vital y el sarcasmo como cuando dice AURORA BOREAL MALLÉ en un monólogo: “¿Y la masturbación? ¿A qué se creen, sino, que me dedico mientras que no como? Pero ya hasta el onanismo frenético dejó de consolarme”.
El planteamiento dramático de García Larrondo muestra su profundo conocimiento sobre la puesta en escena y una creatividad importante en los diálogos siempre imprevistos y ágiles que permiten aventurarnos en una obra imprevisible e impredecible pero en la que, en principio, todo se produce con una síntesis fantasmagórica entre lo mágico y lo real y en un espacio reducido como es una vivienda. La ironía y el sarcasmo se cuelan con dulzura y habilidad y comprensión de la homosexualidad  contrastada con la homofobia de sus personajes femeninos, como cuando dice HIPERBÓREA MALLÉ: “!Jacinto es víctima del progreso! ¿No viste? Zakarías es quien le contagió esas equívocas tendencias de invertido y le obliga a practicarlas en contra de su voluntad (…) Hoy las hembras no saben estar a la altura de los machos”. También y, en esa línea de pensamiento retrógrado, siempre hay oportunidad para el sarcasmo en algunos de los comentarios de estas sobre los españoles a los que con socarronería considera unos “liberales”, no acabando de reconocer la trascendencia del amor y sí unos recursos a la moralina tradicional y a la degradación de la especie que conforman ese mundo de mujeres vindicativas de la que se salvará al final AURORA BOREAL, casi haciendo honor a su nombre. El hombre para ellas es eso, una animal estúpido al que hay que se seducir fácilmente con unos filtros de amor que no son otra cosa que el flujo vaginal. No lo lograrán con ZAKARÍAS que desde el primer momento se mostrará profundamente crítico con ellas.
García Larrondo en el exordio inicial titulado “Expiación” explica que existen mucho de referencias autobiográficas en la obra y se originó como un “resentimiento crónico” que aspiraba a ser una comedia costumbrista y acabó convertida en esperpento. En el fondo siempre existe una búsqueda de la felicidad truncada y una cierta podredumbre cuando no se conservan criterios racionales o sentimentales para hacerla compatible con la libertad y los afectos.


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